lunes, octubre 31, 2005

Feminismo


Desde que sé qué es el feminismo me considero feminista, aunque sea de segunda fila (por mi condición "genérica"), y me consta que ha habido y hay más de un feminismo. Ni me importó ni me importa gran cosa: no me interesa la "cirugía ideológica", me va más el "curanderismo político".
He conocido mujeres feministas en Cartagena que no estaban dispuestas a ceder un ápice en lo ideológico por ganar una subvención. Y también las he conocido que no les ha importado apartar su ideario por conseguir un centro de planificación familiar. Todas hicieron lo correcto, porque no es cierto que para un problema dado solo exista una solución.

martes, octubre 25, 2005

Lo que nos rodea...


... son palabras
Perdonad que por una vez recurra a una de las ideas (visual y semántica) fundamentales de la película Matrix. Intentaré no repetirlo (más que nada porque cuando alguien fundamenta parte de su discurso en una película menosprecia a los que no la han visto; y no me gusta menospreciar a nadie).
De todo lo que nos rodea, estaremos de acuerdo en que hay cosas que es fácil cambiar, transformar, mejorar, y otras que resulta más difícil o lleva más tiempo. Ya que la realidad es muy compleja y ya que vamos conociendo nuestras limitaciones y preferencias, me fijo en las palabras. Porque las palabras transforman, precisamente, elementos de la realidad que nos afectan diariamente y a lo largo del tiempo. Todos sabemos lo que afectan los prejuicios, los ideales, los principios... palabras, palabras, palabras (como en Matrix son caracteres de programación).
Y creo, de verdad, que el sistema en el que vivimos tiene fallos que no debemos pasar por alto. La empatía, sinceramente, creo que es uno de ellos. No estoy seguro, pero siempre he pensado que las verdades aquí (Cartagena), son verdades en cualquier sitio... Y no veo yo a los pueblos oprimidos con conciencia de serlo (gente con nombres y apellidos) en la necesidad de empatizar con nadie (comunicarse sí, por supuesto). Les basta con transformar (cambiar, mejorar...) con las herramientas a su alcance todo lo que les rodea.

Empatía versus Esquizofrenia


Si la empatía consiste, según se afirma, en ponerse en lugar del otro, alegre y voluntariamente, con el fin de ayudarle (sic), y la esquizofrenia consiste en un cierto desdoble de personalidad incontrolado (por resumir), muy bien podemos inferir que la empatía es una especie de esquizofrenia discrecional: soy empático con quien quiero, ¿o no? (otra cosa es si fuera involuntario, como en el ejemplo de los bebés llorando).
Y eso presenta otro problema añadido. En el mecanismo de la empatía, artificialmente, se produce un reparto de roles injusto: el empatizador es el que adopta el rol activo: yo empatizo, y el empatizado solo puede dejarse empatizar, aunque no quiera, entre otras cosas porque se encuentra en una situación de debilidad supuesta por el empatizador.
¿y quien me niega a mí que la empatía sea solo un mecanismo que sirve para que yo me encuentre bien, "equilibrado", con mi conciencia, independientemente de quien sea el "empatizado" o lo que yo haga con él-ella?

Ps: A ver si así Mónica se anima y me suelta las que me tiene guardadas.

jueves, octubre 20, 2005

Ese oscuro objeto...

El petróleo, cada vez más caro y escaso, se acaba compañeras y compañeros. Asistamos a los últimos actos de esta tragicomedia en la que vivimos, donde la tramoya mecánica que pistonea y echa humo, los gobernantes, que de actores principales mudaron a tramoyistas, y los directores del espectáculo que entre bastidores no dan la cara, todos, se vienen abajo con el tinglado que han tardado un siglo en montar. Esperemos que no rompa muchas cabezas más, aunque lo dudo.

A partir de ahora el mecanismo eléctrico se impone: con lo negativo y positivo que tiene. Bien mirado el mundo es bipolar. La energía eólica y solar, junto con la hidráulica y quién sabe si la nuclear (la fusión, claro) están dando lugar a otra visión de la aldea global en la que vivimos, y tenue pero decididamente, el tiempo de las petroleras y los tiranos que las dirigen se agota. Otro mundo más justo es posible y deseable. Los que queden lo verán.

miércoles, octubre 12, 2005

Tanques sí, pero de cerveza...


No entiendo a los que se declaran antibelicistas pero no cuestionan la existencia de los ejércitos: se manifiestan contra la guerra, pero serían incapaces de hacerlo contra la industria militar y los militares.

Tampoco entiendo a los que se declaran decididamente antimilitaristas, pero entienden, aplauden, a aquellos pueblos que deciden defenderse a tiros de algunas opresiones. Como si nosotros no fuéramos pueblo oprimido. Como si no hubiera otra solución para librarse de la opresión que oprimir (gatillos o botones).

Yo pienso que la paz y la guerra son estados "ficticios" del género humano: creemos que o bien estamos en paz, o bien estamos en guerra (como si de las estaciones del año se tratara), y no es asi. Estamos en paz y en guerra constantemente, indisolublemente, si miramos desde la distancia adecuada. Y lo peligroso de la cuestión es que no solo no nos damos cuenta, sino que parece que nos da igual. Si no nos diera igual, los políticos que nos gobiernan no serían esa casta de intocables a los que tenemos situados por encima del bien y del mal (o lejos, al margen, de nosotros mismos y nuestros intereses, que es lo mismo).

¿Cómo no les da vergüenza organizar desfiles militares?

miércoles, octubre 05, 2005

Sin fronteras



¿Qué hacemos con las fronteras? ¿Qué fronteras derribamos antes, las físicas o las mentales?

Existe un paralelismo entre muchos problemas sociales y muchos debates educativos, pedagógicos para ser más preciso. Uno de ellos es el que se conoce en pedagogía como "normalización". Y que viene a decir, la normalización, que cualquier niño "normal", se educa mejor rodeado de niños que no son "normales" (supuestamente), o dicho de otro modo y mejor, que lo normal o anormal en un individuo es un factor que cambia a lo largo de la vida en función de muchas variables (edad, sexo, minusvalías físicas o psíquicas, accidentes, cultura de origen, nivel cultural, peso, estatura, gustos o preferencias, etc). Que aceptar a quien es diferente de nosotros en un momento dado nos educa en aceptarnos a nosotros mismos, individualmente y como colectivo en el que vivimos, y en ser aceptados o resistir la presión del grupo. Y que, además, nos muestra la realidad que nos rodea, empezando por nuestros congéneres, con mayor precisión, lo que nos hace más sensibles.

Y volvemos al principio: mientras no derribemos las fronteras mentales que hacen, por ejemplo, que la inmensa mayoría del profesorado español, y por extensión nuestros gobernantes, no sepa lo que es la normalización pedagógica o, simplemente, no se la crea ni la defienda en las aulas, ¿cómo van a aceptar el resto de españoles que como mejor estamos es sin fronteras físicas?

Es lamentable tener que seguir reivindicando lo obvio ("la normalización" forma parte de las reformas educativas desde el año 1990, desde el cual muchos centros de "educación especial" se han cerrado, pasando esos niños y niñas a formar parte del alumnado de los centros públicos).

domingo, octubre 02, 2005

La empatía


Todos los que me conocen saben que la empatía no existe. Y si no lo saben es que no me conocen.

Como en la foto de los bebés llorando, la empatía surge de un modo irracional. No me parece mal que nos dejemos llevar por las emociones o por el subconsciente. Pero seamos serios: no usemos la empatía como ese baúl de sastre, que lo mismo sirve tanto para enviar ayuda humanitaria a unos necesitados, como para arrasarles el país y no dejar piedra sobre piedra.