Mi música preferida
Imagino que tanto quien se dedica a la elaboración de instrumentos musicales, como quien disfruta en la mera contemplación de una obra musical forman parte de este arte. Pero me interesa más el punto de vista del "artesano" musical (que me considero, sin soberbia ni modestia). El que se pone a hacer música con sus manos por el mero interés de disfrutar con la catarsis que la música le proporciona, independientemente de la calidad de su arte (o de su auditorio).
La música, como creación propia, como arte, es un modo de hablarte a ti mismo: elaboras un ritmo, un compás, una melodía, una canción, por una mezcla de conocimientos previos y sensaciones espontáneas. Las tragas y regurgitas (o las ¡inspiras! y expiras que queda más fino) hasta que su sabor te convence un poco. O al menos hasta que no se te atraganta. Y entonces buscas otra cosa a la que hincarle el diente.
Cuando ese proceso lo elaboras al compás de otras personas, amigos normalmente (es lo mejor), entonces el sentimiento de trascendencia aparece. Ya no somos solo dos (en el caso de que fuéramos solo dos los instrumentistas: ¡snif!). Entonces aparece lo que en el mundo del flamenco llaman "duende". Palabra que a mi nunca me ha gustado, pero que entiendo a qué se refieren porque no hay nadie que disfrute con la música que no lo haya experimentado alguna vez. La diferencia es que los artesanos de la música "parimos" duendes de vez en cuando. Los demás, eruditos o aficionados, os teneis que conformar ser simples espectadores (más o menos bailongos, según).
Por eso no me cansaré de animar a los que me rodean a que al menos, como las muchachas de la foto, toquen palmas.
La música, como creación propia, como arte, es un modo de hablarte a ti mismo: elaboras un ritmo, un compás, una melodía, una canción, por una mezcla de conocimientos previos y sensaciones espontáneas. Las tragas y regurgitas (o las ¡inspiras! y expiras que queda más fino) hasta que su sabor te convence un poco. O al menos hasta que no se te atraganta. Y entonces buscas otra cosa a la que hincarle el diente.
Cuando ese proceso lo elaboras al compás de otras personas, amigos normalmente (es lo mejor), entonces el sentimiento de trascendencia aparece. Ya no somos solo dos (en el caso de que fuéramos solo dos los instrumentistas: ¡snif!). Entonces aparece lo que en el mundo del flamenco llaman "duende". Palabra que a mi nunca me ha gustado, pero que entiendo a qué se refieren porque no hay nadie que disfrute con la música que no lo haya experimentado alguna vez. La diferencia es que los artesanos de la música "parimos" duendes de vez en cuando. Los demás, eruditos o aficionados, os teneis que conformar ser simples espectadores (más o menos bailongos, según).
Por eso no me cansaré de animar a los que me rodean a que al menos, como las muchachas de la foto, toquen palmas.
12 Comentarios:
No me creo nada.
El "duende" surge entre dos o más personas, ya lo he dicho, cuando elaboran arte (entendido como técnica más emoción o sentimiento).
No insistas Antonio, la empatía no es lo mío: lamento profundamente empatizar (algunas veces me descubro empatizando ¡y me da una rabia...!); ser empático es diferente, es involuntario. No depende de uno ser o no ser empático. Por eso prefiero la provocación, sin ánimo de lucro, que dise el chaval. O parafraseando a Javier Ortiz: prefiero la intransigencia, con ley, que el pasteleo envenenado.
Pues gracias. Pero no sé qué has visto hoy que no hayas visto antes. Pronto abandonas.
Errata: Donde he escrito "eXpirar", debe decir "espirar". Así sí que queda más fino, y ortográficamente más correcto.
Buuuuu... percibo cierta acritud en tu mensaje...
Te agradezco, no obstante, tu sinceridad. Pero no te acabo de comprender; ilumíname un poco por favor:-)
1) Dices que no debo entrar en los sentimientos de los que solamente os dedicais a escuchar música. Y no sé a qué te refieres: yo no he pretendido entrar en los sentimientos de nadie. Dime dónde lo he hecho y rectificaré.
2) Dices que el duende puede pasar por tu cabeza, por tu alma, por tu corazón o por tu columna. Y yo no he afirmado lo contrario. Estamos de acuerdo si te fijas bien.
3) Yo digo que los que escuchan música no crean duendes. Simplemente los disfrutan (oye, que no es poco).
4)Y digo, además, que "tocar palmas" (percusión a todos los efectos) -que no es lo mismo que "hacer palmas" no nos confundamos- es un modo al alcance de cualquiera de hacer música. Que salga el duende o no ya dependerá de los músicos que te rodeen, porque el duende no le sale a uno solo... aunque si eres muy bueno en tu instrumento, quién sabe, igual sí...(esto ya no lo tengo muy claro).
¿qué quieres que te diga,?pues que te entiendo a la perfección lo que quiere expresar,y comparto su oponión
Ah!, vale. Me vale. Amplias el duende. Esto ya va dejando de ser un duende y tiene más pinta gnomo gordo.
Pero sí, en los ejemplos que has puesto veo claro a qué te refieres... o sea, que el duende sigue teniendo que ver con la música (y el baile), pero quedaría en un segundo plano, en una excusa para "duendear", digamos... de acuerdo. Te explicas muy bien cuando quieres.
Ya veo que te parece mejor que los que decidan el significado y el simbolismo de las palabras sean los académicos de la Lengua Española. No es mi caso.
En los amaneceres (y de las puestas de sol qué me dices) te doy toda la razón.
Yo quería dar por zanjado y enterrado el tema, hasta más ver, pero veo que está muy vivo aún y se resiste...
Yo no pretendo ser exclusivista, como dices (y decía Mónica). Qué va. Yo sí creo que el duende (y no ese gnomo gordo del que hablaba antes) es la elaboración artística de unas personas. Luego mi tocayo Piñeiro (me niego a llamarlo "soldado" aunque esté como yo "a sueldo") interpreta laxamente lo que dicen los académicos en su diccionario y, vale, me parece mejor... pero lo que yo afirmaba no se contradice con lo que él dice, ni tampoco con lo que tú afirmas. Hablamos de cosas distintas.
Yo no niego que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad pueda sentir algo con alguna música. Yo digo que la composición musical te hace experimentar unas sensaciones muy especiales que quien no compone no puede sentir. Nada más. Que es que estais muy susceptibles con el tema... y el que se pica...
(Mónica: se fue a London y abandonó una prometedora carrera con la flauta travesera; Antonio: guitarrista sin consagrar con más de 50 temas a sus espaldas dejó tirado a su antigua banda y hoy ha vuelto a antiguos vicios prohibidos el mes que viene por el gobierno ZP; Fernando: tiene una colección de entradas a conciertos incalculabre que no existe dinero en el mundo capaz de comprar y aunque conoce mil canciones, su voz aún no ha pisado un escenario; Miguel Piñeiro: está considerado el mejor "pinchadiscos" en el selecto ambiente de Cartagena y como una de las personas que, en el mundo entero, más grupos de música conoce, pero, aún no se ha decidido a montar ese grupo de música electrónica experimental que tanto anhela, sin saberlo).
No quería desvelar vuestros secretos, pero me habeis obligado.
Por cierto, Fer, la Encar está guapísima con ese nuevo "look".
Hola soy el duende al que tanto nombran ,les dire una cosa yo estoy con quien me da la gana, sea musico o no, este tocando algun instrumento escuchando su mp3.Mig no recorte mi espacio.Gracias
Jejeje... estáis hechos unas estrellas del rock (con unos años menos eso sí :-)
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